

Lo cierto es que aunque el confinamiento ha sido una medida obligatoria para todo el mundo, la realidad es que no todos lo han llevado del mismo modo y, de esta forma mientras muchos trabajadores han sido afectados por ERTES los cuales les permitían disponer de las 24 horas del día para pasar el tiempo cuidando de sus hijos e intentar divertirse, otros han tenido que pasar largas horas intentando encontrar un lugar en el que poder concentrarse para realizar su trabajo, lo cual puede llegar a ser algo realmente complicado cuando estás escuchando continuamente canciones infantiles. Sin embargo, la mayoría de esas llamadas a las autoridades para que comprobaran el nivel de ruido quedaron en nada, dado que no es tan sencillo superar los niveles permitidos. Por el contrario, en el caso de industrias y negocios, en lo que a ruido se refiere, deben someterse a auditorías acústicas.
Qué son las auditorias acústicas y quién está obligado a realizarla
Las auditorías acústicas tienen como fin estudiar y limitar, en caso necesario, las emisiones de sonido producidas por un local o instalación potencialmente ruidoso que puedan afectar tanto a los usuarios como a las personas que se hallen en su entorno. Dicho de otra forma, la realización de una auditoría acústica y la expedición del correspondiente certificado al haberla superado garantiza la protección de las personas frente al ruido, evitando molestias y enfermedades derivadas de la exposición al ruido. Están obligados a realizar una auditoría acústica todas las actividades comerciales, industriales y de servicios sujetas a autorización ambiental integrada, comunicación ambiental o licencia ambiental, de conformidad con lo previsto por la normativa vigente, e independientemente de que se trate de actividades públicas o privadas. Resumiendo, las auditorias acústicas tienen como fin proteger a los ciudadanos de las molestias y perjuicios incomodidades que el ruido de determinadas actividades pueda causarles.