¿Recuerdas lo espontáneo que eras cuando tan solo levantabas dos palmos del suelo?, ¿qué te sucedió años después? Muchos de nosotros, cuando llegamos a la vida adulta, dejamos de ser tan naturales. Mentos ha encontrado una solución. (function() {if (document.readyState === ‘complete’) return;if (typeof EbuzzingCurrentAsyncId === ‘undefined’) window.EbuzzingCurrentAsyncId = 0;else EbuzzingCurrentAsyncId++;var containerId = ‘buzzPlayer’ + EbuzzingCurrentAsyncId;document.write(»);var params = {«size» : 15};eval(‘window.EbuzzingScriptParams_’ + containerId + ‘ = params;’);var s = document.createElement(‘script’);s.async = true; s.defer = true;s.src = ‘https://as.ebz.io/api/inContent.htm?seedingMode=NORMAL’+String.fromCharCode(38)+’pid=722537’+String.fromCharCode(38)+’cid=547674’+String.fromCharCode(38)+’target=’+containerId+»;var x = document.getElementsByTagName(‘script’)[0];x.parentNode.insertBefore(s, x);})(); Cuando crecemos evolucionamos en muchos sentidos, pero también acabamos con esos pequeños tesoros que tanto nos caracterizan en la infancia. La creencia en los sueños y nuestra naturalidad caen al borden del abismo para no volver jamás. Mentos ha probado a realizar un pequeño experimento, en el que unos niños tomarán el control de los adultos metiéndose en su mente mediante unos mandos a distancias muy especiales.


No te puedes perder la forma de actuar de estos adultos en sus relaciones con los demás. ¿Qué os parece el vídeo?